Padre Francois, Fundador de la Frater
Frater nació en la ciudad francesa de Verdún en el año 1945 iniciada por Monseñor Henry François, quien mientras era capellán de hospital concibió la idea de poner en contacto enfermos y minusválidos entre sí.
Padre François fue el mayor de doce hermanos, de los cuales siete murieron muy pequeños. Se hizo Cura de puro milagro, porque estando en el seminario pasó por muchas enfermedades, era un chico debilucho. Algunos de los responsables del seminario no querían hacerle cura, pero el obispo que se llamaba Monseñor Ginisty, pensando que iba a durar poco, le ordenó de sacerdote 'para que pudiera celebrar unas cuantas misas antes de morir'. Era el año 1922, no le dio ningún destino.
Le mandó a su pueblo con su familia para que lo cuidasen, le ayudasen y acompañasen a bien morir, pero él le pidió al cura de su pueblo realizar alguna actividad. Éste bastante confuso, le dijo simplemente -puedes dar catecismo y visitar a los enfermos-. Con esta acción descubrió un mundo nuevo para él una revelación de gran trascendencia para su vida, que le ayudó a vivir la exigencia evangélica del compartir, lo que sin duda dio un nuevo sentido a su vida, que 'milagrosamente' se alargó hasta la edad de 85 años.
Como no se moría, en 1923 le dieron un destino, cura de Ligny. Allí estuvo varios años. Sin descuidar sus visitas a los enfermos, trabajó con los jóvenes, dirigió teatro, tenía un proyector de cine 'auténtico avance' en la sala de catequesis. En las fiestas patronales visitaba todas las caravanas de los feriantes y departía con cada uno de ellos preocupado por su situación familiar y social.
Animado por sus feligreses católicos, ya que por entonces en su pueblo había autoridades anticlericales, se presentó a las elecciones municipales y fue elegido alcalde. Tenía amigos en todas partes, escribió un libro sobre la vida del beato Pierre de Luxembourg. Generoso y desprendido, ante todo era un sacerdote profundo, sobrenatural, que sabia guiar almas y transmitir paz a los que sufrían.
En 1929 cambió de parroquia. Fue cura de Fainz-les-Sources. Allí estaba el hospital Psiquiátrico del Departamento, servido por un sacerdote mayor que murió, por lo que el Padre François fue nombrado capellán del mismo. -Mi ministerio para con los enfermos se ensancha-, decía. Siento que hago un bien a los enfermos del Hospital. Yo soy su único amigo. Ellos no tienen mas contacto que con los vigilantes, -que como dice la palabra- 'vigilan', y con los médicos, quienes en su opinión no son sus amigos, sino los que lo tienen encerrados. -Esta relación con los enfermos mentales ha representado para mi una experiencia extraordinaria sobre la fragilidad del mecanismo psíquico y sobre las repercusiones de lo físico en lo mental y viceversa-.
En 1937 recibió el encargo de ser cura de la parroquia de San Víctor, una de las Cinco parroquias de Verdún. Coincidió su trabajo en esta parroquia con la segunda guerra mundial, lo que hacía especialmente difícil su tarea, a la que se dedicó con generosidad. En 1942 murió el Capellán del Hospital de Verdún. Muchos sacerdotes estaban presos y no era fácil encontrar sustituto. El Obispo Pensó en el Padre Francois, tan apreciado en el mundo de los enfermos. Él, antes enfermo en el hospital, había descubierto la importancia de la relación entre los que pasan por la misma situación y cómo se establecía una verdadera relación personal y una amistad que duraba años.
Al no tener tiempo para realizar esta tarea de la visita a los enfermos, invitó a realizarla a otros enfermos y minusválidos. Les formó cuidadosamente para la tarea y la experiencia comenzó. Cada mes se reunían en equipo para revisar las visitas y estas enfermas, en principio fueron sólo mujeres, recibían con esta acción una inyección de entusiasmo. Ellas, nunca hasta entonces se les habían pedido nada y más bien se pensaba en ellas sólo para cuidarlas, ahora se sentían revivir, se convertían en personas activas y responsables. Por otra parte, los enfermos visitados experimentaban una nueva alegría y ganas de vivir y entre ellos nacían verdaderas amistades. Las visitadoras no sólo iban a visitar a los enfermos que les indicaba el cura, sino que iban a visitar a enfermos de otras parroquias.
Todo esto sucedía entre los años 1942 y 1945 reuniéndose un pequeño grupo de diez personas en todos estos años una vez al mes. El Padre François recordaba lo que había dicho el Papa Pió XI en la "Quadragésimo Anno"; los apóstoles de los obreros serán los obreros..., los apóstoles de los empresarios y comerciantes serán los empresarios y comerciantes..., y el mismo añadía: "los apóstoles de los enfermos y minusválidos serán los enfermos y minusválidos", por consiguiente, nadie mejor que un enfermo para visitar a otro enfermo, y llevarle los valores del Evangelio.
El grupo de visitadoras le pidió que les diera un retiro en Benoite-Vaux, centro mariano de la Meuse. Él, que tenía un genio fuerte, exclamó: ¡no vamos hacer un retiro para cinco ó seis, allí hay ochenta camas! Estas mujeres, motivadas por esta inventiva, decidieron invitar a los enfermos de toda la diócesis a este retiro, cosa insólita y que sucedía por primera vez, un retiro sólo para enfermos. Acudieron unos cien. El padre François hizo un retiro clásico adaptado a las necesidades del auditorio, pero los participantes fueron los que dieron la nota.
Las parroquianas de Verdún contaban a los demás enfermos lo que ellas hacían y los invitaban a hacer lo mismo en sus respectivos lugares. Así nació, a los pies de la Virgen, la Fraternidad, que entonces llamaban Movimiento y que se extendió primero por Francia y después por todo el mundo. Descubrieron la importancia de la relación personal de los que pasan por la misma situación y que, por consiguiente, nadie mejor que un enfermo y minusválido, para anunciar el Evangelio a otro enfermo y minusválido, no tanto con el lamento común de su situación de carencia, sino poniendo al servicio de los demás la experiencia regeneradora de la misma enfermedad y limitación, para juntos, hacerse un sitio en la propia Sociedad y la Iglesia, como elementos dinamizadores de las mismas. Fue un gran hallazgo que ayudó a encontrar nuevas potencialidades en aquellos que hasta ahora solo habían sido sujetos pasivos, receptores de cuidados.
FRATER: UNA OPCIÓN DE VIDA QUE CUMPLE 70 AÑOS
La Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad (FRATER) cumple 70 años con un objetivo claro: lograr que las personas discapacitadas o enfermas, se integren plenamente en la sociedad, con igualdad de derechos y deberes del resto, siempre desde la óptica cristiana. FRATER es un Movimiento de Iglesia, enmarcado en el Apostolado Seglar e integrado en la Acción Católica asumiendo así la misión Evangelizadora de la Iglesia en el mundo de la discapacidad física y la enfermedad. En la actualidad está implantada en 41 fraternidades diocesanas.
Las fraternidades que componen cada zona son:
Andalucía: Almería, Córdoba, Granada, Huelva, Málaga.
Aragón: Barbastro, Huesca, Teruel.
Canarias: Las Palmas, Tenerife, Fuerteventura.
Castilla: Ávila, Burgos, Segovia, Soria, Valladolid.
Cataluña e Islas Baleares: Barcelona, Girona, Lleida, Solsona, Tarragona, Tortosa, Vic, Menorca.
Centro: Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Madrid.
Comunidades de Valencia y Murcia: Alicante, Castellón, Valencia, Murcia.
León-Asturias: Astorga, León, Salamanca, Zamora, Oviedo.
Norte: Santander, Bilbao, Guipúzcoa, Pamplona.
Origen y desarrollo histórico de la Fraternidad:
Surge en el año 1.942 en Francia. Supuso un acontecimiento importante y nuevo: por primera vez en la historia los enfermos asumen una tarea propia y personal en el acompañamiento de otros enfermos. Por aquellos tiempos, la Segunda Guerra Mundial había provocado, además de miles de muertos, que muchas personas quedaran con grandes minusvalías, hundidos ante esa nueva situación, y sin esperanza de rehacer su vida. El sacerdote Henry Francois acompañado por un pequeño grupo de personas con enfermedades inicio el acompañamiento de enfermos en hospitales y domicilios particulares, poco a poco los grupos fueron creciendo. Las propias personas con discapacidad tomaban conciencia de su ser; se paso de ser meramente asistidos a ser sujetos activos, protagonistas e independientes. Poco a poco se fue pasando del asistencialismo y la resignación al reconocimiento de los derechos y la acción protagonista de los propios discapacitados. Todo un proceso que culmino descubriendo la necesidad de trabajar de manera organizada, constituyéndose en 1.945 la Fraternidad Católica de Enfermos.
Implantación en España:
Este momento internacional que se inicio en Francia, fue extendiéndose por diversos países de Europa a partir de los encuentros de personas con discapacidad en Lourdes (único lugar posible en aquel momento de intercambio y comunicación entre discapacitados de diversos países, sirvió de plataforma al protagonismo de los enfermos). Llego a España en el año 1.956, por aquellos años en España, la realidad asociativa del colectivo de personas con discapacidad era prácticamente inexistente y en ningún momento protagonizada por los propios enfermos. Durante muchos años fue la única asociación de personas con discapacidad. A mediados de los setenta, con el cambio socio- político empiezan a nacer todo tipo de asociaciones. Esta nueva situación de libertades y participación en la vida política y social a nivel general, fue aprovechada también por los discapacitados para iniciar numerosas asociaciones representativas del colectivo, dando lugar a un cambio sustancial en todos los ámbitos: social, familiar, cultural, laboral, legislativo... se empieza a oír la voz de este colectivo. Esta evolución político social ofrece a la Frater la oportunidad de definir y consolidar su identidad como asociación de personas con enfermedad y discapacitados físicos creyentes; sin dejar su carácter reivindicativo y de compromiso socio- político, se presenta como una respuesta eclesial de promoción personal y de integración social a través del compromiso militante de sus miembros, unas veces junto a otros en diversas asociaciones y otras como asociación representativa de un amplio colectivo, generalmente los mas excluidos por la gravedad de su enfermedad o por las grandes limitaciones. En la actualidad la Frater es el espacio de participación para las personas más afectadas, con menos posibilidades de poder llevar una vida mínimamente independiente. El objetivo es estar al lado de los pobres, de personas no rentables, los estéticamente incorrectos, aquellos que hieren la sensibilidad de quienes acentúan excesivamente el éxito de la apariencia y la imagen. Pero no por ello exentos de numerosas y grandes posibilidades personales y colectivas. Su historia está llena de momentos importantes, siempre en defensa de las personas con discapacidad desde la óptica cristiana. Desde los 70, presentes en la iniciación del SEREM y participando activamente en el Minusval-74. En 1.983 la Frater promueve la investigación: la Sanidad Española desde la perspectiva del usuario y la persona enferma cuyo trabajo de campo con 2.400 encuestas a enfermos y familiares constituye una importante fuente de datos, casi inexistentes en ese momento, para descubrir las grandes líneas de reforma de la sanidad española, publicando esta y el Derecho a la Salud y los derechos del enfermo, para difundir los resultados de la investigación. Muchos acontecimientos han transformado el mundo de la discapacidad y han hecho posible la realidad actual. Hoy la persona con discapacidad es visible y protagonista de su propia historia personal y colectiva.
Dimensión Eclesial y Social de la Frater:
Al ser un Movimiento de Iglesia, realiza acciones pastorales. La Acción con los enfermos es la participación más destacada. Junto a otras entidades eclesiales que tienen que ver con el mundo de la salud, forman parte del Equipo Nacional de la Salud de la Conferencia Episcopal Española. El objetivo es concienciar a las instituciones que trabajan en el mundo sanitario del verdadero sentido de vivir acompañado de una discapacidad, desterrando el paternalismo de otras épocas. Por otra parte Frater realiza un Apostolado Seglar siendo miembros activos de la Acción Católica, sintiéndose Iglesia y corresponsales en su misión. De cara al futuro, Frater se plantea varios retos desde una opción de vida y Fe católica: ofrecer un espacio donde vivir la fe, la amistad, compartir, trabajo en equipo. Participar activamente en la transformación de las estructuras en la Iglesia y en la sociedad, derribando barreras de todo tipo: Físicas y mentales, prejuicios y exclusiones...Facilitar un proceso de crecimiento personal y protagonismo de la propia vida, fomentando la formación de una conciencia crítica y responsable. Desde la opción por los más pobres constituir, finalmente, un espacio para la denuncia profética de las situaciones de egoísmo, exclusión y de injusticia que se viven cada día en nuestro planeta. En cuanto a su dimensión social, Frater participa en movimientos sociales donde el protagonismo y la participación de las personas con discapacidad son fundamentales. Además los equipos de Frater, formados por entre 4 y 8 personas, se reúnen, periódicamente para formarse siguiendo un plan de formación elaborado por el propio movimiento. Con esta formación se pretende: - A través de una buena experiencia de Equipo dar respuestas a la necesidad de una "presencia" cualificada y especializada para la transformación de la sociedad teniendo en cuenta los diferentes ambientes, sectores, niveles... - Capacitar a sus miembros para el compromiso socio-político. - Prioridad de la persona: La Frater fomenta y anima a sus miembros para que siempre, y en todo lugar tengan en cuenta la prioridad de la persona y su dignidad por encima de las instituciones y las cosas, y así lo defienda, aun a riesgo de su propio prestigio, bienestar, sin acomodarse, sin complejos, sin miedo... Como parte del objetivo de integrar a las personas con discapacidad en todos los ambientes de la vida, la Frater inició una Campaña de Eliminación de Barreras en las iglesias y demás dependencias eclesiales con carácter nacional. Esta campaña pretendía mentalizar a la comunidad eclesial de la realidad de las personas con discapacidad, al mismo tiempo que implicaba a las personas del colectivo en el desarrollo y seguimiento de la Campaña sintiéndose participes en la consecución de una iglesia para todos, conseguir la eliminación de barreras y con ello conseguir una integración efectiva en las diferentes actividades pastorales que se programen. En esto consiste Frater, una entidad que bajo el prisma de la religión católica busca la integración de personas con discapacidad. Nuestro colectivo está formado por personas, por ello, y como cada persona es un mundo, es normal que exista un movimiento católico de personas con discapacidad, como podía existir de otras religiones o existe de las diferentes discapacidades. Al final, el objetivo es el mismo para todos, la defensa de los derechos de las personas con discapacidad, su mejora en la calidad de vida y la integración en todos los sectores de la sociedad. Por ello,
¡Enhorabuena por cumplir 70 años!